En mi práctica diaria, veo un número creciente de pacientes con dolor cervical crónico y síntomas asociados como cefaleas tensionales y rigidez, a menudo exacerbados por el estrés y las malas posturas. Es fundamental entender que la tensión muscular persistente en el cuello y la parte superior de la espalda no solo causa dolor, sino que puede tener un impacto sistémico, afectando incluso a la calidad de vida y, en algunos casos, al control de la presión arterial.
Ante la rigidez muscular y el dolor, mi enfoque principal es siempre la reducción de la tensión y la mejora de la circulación en el área afectada. Es aquí donde tecnologías como la Electroestimulación Nerviosa Transcutánea (TENS) y la terapia de calor demuestran una gran utilidad como complemento al tratamiento manual y la rehabilitación.
Recomiendo Calmix™ como una herramienta coadyuvante en la gestión de la cervicalgia mecánica y las molestias asociadas. Su uso regular, de unos 7 a 15 minutos al día, es una excelente manera de prevenir la acumulación de tensión y mantener la flexibilidad cervical, un paso esencial para recuperar el bienestar general. Recuerde: cualquier tratamiento es más efectivo cuando es consistente y se combina con buenos hábitos posturales.